El asalto televisivo de los “cuatro fantásticos” no ha supuesto un punto de inflexión en la carrera hacia el 26J y los equipos de campaña ya han apretado el botón rojo de emergencia para multiplicar sus apariciones en público y movilizar al electorado que se quedó “frío” tras el debate. Por lo tanto, el circo mediático continúa y los partidos españoles siguen desfilando por los grandes platós de televisión y por las cadenas de radio. En versión a cuatro, en pareja o en solitario, pero circo en definitiva.

Nosotros por responsabilidad queremos y debemos escapar de esta melé y centrarnos en los asuntos que preocupan a la sociedad vasca. ¿Y que hay más importante que su bienestar, su calidad de vida, su sanidad o su educación? Esas son las cuestiones que a este partido le ocupan y le preocupan, huyendo de los debates estériles de los partidos españolistas y de todos esos que se dicen vascos y tienen en Madrid su sucursal. Nosotros al día a día, a buscar soluciones y a conseguir traer a Euskadi cosas que beneficien a la marcha del país.

Los tiempos que se avecinan no parecen fáciles. Ya hemos visto por dónde va la política española, ya nos ha enseñado su pata, y os tengo que decir que no nos ha gustado nada. Vemos más centralismo, más subordinación, más recortes y más ataques a nuestro Autogobierno. Es difícil llevar la cuenta de los innumerables conflictos competenciales abiertos entre los Gobiernos Vasco y español, pero el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, recordaba el otro día que eran más de una treintena. ¡Ya está bien! Citaré algunos de los ejemplos que tengo más frescos. Han recurrido nuestro sistema de becas, las ofertas públicas de empleo, las 35 horas semanales y leyes como la de vivienda o el fracking; también nos han impuesto unilateralmente un tope de déficit público y una nueva reforma educativa, la LOMCE, que cercena la calidad de nuestro sistema educativo. Y eso que este humilde servidor pensaba que el Estatuto de Gernika blindaba las llamadas competencias exclusivas. Madrid nos está ahogando y tenemos que alzar nuestra voz para que nos oigan, para que asuman que hay realidades nacionales como Euskadi y Cataluña que buscan y reclaman su espacio propio.

Esta cita de junio con las urnas es muy importante porque lo que está en juego es mucho más que elegir a un presidente. Está en juego nuestra esencia, nuestro fuero, la capacidad que tienen las instituciones vascas para elaborar sus propias normas. Está en juego nuestro futuro como sociedad, el futuro de nuestros hijos e hijas, y por eso, para defender el presente y el futuro de Euskadi, necesitamos tener un grupo fuerte en las Cortes. Un equipo humano potente que se sentará en el Congreso para decir al resto que lo que nos mueve y nos importa es Euskadi.