Trabajo terminado y nuevas elecciones
02/08/2016 | Jose Antonio Suso
El lehendakari ha disuelto el Parlamento vasco y ha convocado elecciones para el 25 de Setiembre. Así dicho suena a una rutina cuatrienal, pero ésta convocatoria es algo diferente, es especial, porque el gobierno vasco ha ejecutado el 90% de los objetivos conseguidos, para lo que el parlamento ha trabajado hasta el último día, y ese último día todavía ha aprobado dos leyes más. Al tiempo de haber concretado lo prometido y trabajado hasta el último segundo, Iñigo Urkullu ha logrado, sin necesidad de hacer un adelanto electoral, desbloquear los tiempo políticos paralizantes marcados con ese estilo singular de no hacer política que parecen gastar por Madrid.
La dependencia que intenta provocar la política madrileña encasquillada en noes y abstenciones no puede seguir tiñendo la política de Euskadi, nuestra política, otra manera de hacer política llena de acuerdos y pactos. Valga el resumen de una legisatura en que, sin mayoría parlamentaria, el lehendakari Urkullu ha logrado mantener el gobierno durante los cuatro años de legislatura y, lo más importante, ejecutar el programa comprometido. Solo echando la vista atrás una legislatura, podremos observar como aquel Gobierno de López y Basagoiti que prometían tan sólido les duro justo tres años.
Lo que está ocurriendo en el Estado Español desde diciembre del pasado año no tiene nombre salvo el de esperpento. La incapacidad de los partidos y de sus líderes, no para acordar, sino ya solo para hablarse, debería inhabilitarlos a todos como responsables de la parálisis del Estado y de mantener un gobierno interino durante 8 meses. Y lo que falta.
Por todo eso, y ante la posibilidad de que la conformación del gobierno español siga atascada, incluso se pueda llegar a unas terceras elecciones, la decisión del lehendakari de convocar las elecciones vascas para sacar la campaña electoral de nuestras elecciones fuera de la contaminación que provoca el barullo madrileño, es una decisión acertada. Es una decisión para colocar a Euskadi y sus ciudadanos en la tesitura de votar el próximo parlamento vasco lejos del foco perturbador de la situación española.
Mientras tanto eso ocurre, Idoia Mendía, del PSE, se descuelga diciendo que el PNV convoca las elecciones pensando en él mismo sin pensar en los ciudadanos, y Nagua Alba, de Podemos, señala que Urkullu convoca las elecciones por miedo a ellos. A ver si se ponen de acuerdo en cuál es el motivo de la convocatoria. Puede que Idoia Mendía esté pensando en el adelanto de casi un año de Patxi López hace cuatro años, cuando pensó en los resultados del PSE y que Nagua Alba se esté contagiando de la soberbia de su jefe en Madrid. Yo, de lo que estoy seguro es que el Lehendakari Urkullu, tras haber cumplido sus compromisos, ha pensado que para Euskadi, para todas y todos los vascos, resulta mejor una elección alejada en el tiempo de otras controversias que no harían sino confundir. El Parlamento Vasco lo elegiremos las vascas y los vascos pensando en Euskadi, en nuestros problemas, en nuestras soluciones y en quién es la mejor persona para liderarlas.