TE QUIERO VERDE Y SOSTENIBLE
15/04/2021 | Jose Antonio Suso

Se ha dado el primer paso. El pasado jueves el Congreso de los Diputados aprobaba la Ley de Cambio Climático con la que se pretende alcanzar una transición energética verde, sostenible y justa. Un asunto de vital trascendencia con multi-repercusiones que nos atañen a todos y a todas.
Una norma necesaria y urgente en la que se planifican un rosario de medidas concretas y la cronología de su implantación dentro de las próximas tres décadas con la pretensión de reducir a la mínima expresión las emisiones de gas invernadero del conjunto de la economía, alcanzar un consumo de energía final y un sistema eléctrico de origen renovable y mejorar la eficiencia energética disminuyendo el uso de combustibles fósiles para convertirlo en residual. En la meta, alcanzar una neutralidad climática que tiene como beneficiario al planeta y en el que está comprometida la respuesta mundial a la amenaza que supone el palpable cambio climático.
Se auguran en los próximos años cambios importantes en materia energética que van a tener una influencia considerable en la economía. La ley aprobada el 8 de abril incide directamente en la tendencia de cambio en el ámbito de la movilidad que ya se está produciendo. Como muestra: el trabajo de adaptación que está desarrollando el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz en el transporte público y privado de la ciudad. La nueva legislación también hará mella en el sector industrial del automóvil, de considerable peso en Euskadi, que debe virar hacia modelos eléctricos y/o, quizá, de hidrógeno tras un ineludible periodo de transición.
Se tambalea la apuesta que Euskadi hizo por el gas en la década de los años 80-90. El paulatino recorte en el uso de combustibles fósiles como energía doméstica e industrial requerirá a instituciones, empresas y particulares remar en la misma dirección para propiciar su sustitución paulatina por energías renovables. Esto es, eólicas y solares.
De ahí la necesidad de impulsar su desarrollo en nuestro territorio, aprovechando elementos naturales como el viento y el sol. Para el futuro de nuestro País es indiscutible el beneficio que reporta contar con fuentes energéticas propias. Alcanzar una menor dependencia energética, nos aleja del azaroso mercado internacional energético.
Hay mucho en juego. La memoria de nuestro País nos recuerda que este asunto ha estado sujeto a la pelea política. La mía, mi memoria, me hace tener presente el asiduo nacimiento de plataformas “anti todo” lo que signifique progreso y desarrollo. Todas ellas bajo protección del saco amniótico de una izquierda abertzale que, de haber tenido responsabilidades de gobierno, nos tendría tirando de buey y carreta. A sus hechos y a sus declaraciones me remito. Su alternativa: oponerse a todo para, en el barro, conseguir o pretender conseguir réditos electorales. Ni una alternativa con fundamento, el NO por el NO con cualquier pretexto.
No podemos perder el tren verde. Apoyo total al impulso de los parques eólicos y solares en Euskadi y en Araba manteniendo la biodiversidad como impulso también de la energía verde. Apoyo total al desarrollo de nuevos modelos energéticos y productivos que permitan llegar a la descarbonización 0% en el año 2050.