PERSPECTIVA DE FUTURO
05/11/2020 | Jose Antonio Suso

Me pilla este jueves de bajón.
Por mucho que sea trending topic mundial me resisto a hablar de los resultados de la carrera electoral de Donald Trump y Joe Biden, de burros y de elefantes, hacia la Casa Blanca. Ni siquiera para incidir en un análisis que me lleve a entender los motivos por los que expertos en prospecciones sociológicas y los medios de comunicación de peso estadounidenses siguen sin atinar en sus previsiones electorales. Sólo abriría la puerta al tema desde la perspectiva de las empresas vascas que llevan unas cuantas horas expectantes para saber si el presidente que jure cargo ante la Corte Suprema de Justicia mantendrá o levantará los aranceles que tanta pupa están haciendo en sus cuentas de resultados.
También me resisto a hablar de una pandemia que nos gana terreno. Hoy conoceremos si las medidas de protección que llevamos cumpliendo durante esta última semana han sido suficientes (parece que no) o si se deben implementar (parece que sí) y cómo. Convivo con una doble sensación. La del abatimiento que me transmiten muchas personas que se preparan emocionalmente para una nueva pelea cuerpo a cuerpo contra el virus sin tiempo para haberse recuperado de la anterior lid. La segunda, una sensación de la irritación y el coraje con origen en esos focos de disturbios que han emergido en diferentes localidades con similar virulencia, como los que pudimos presenciar el pasado fin de semana en Gasteiz. Con un reguero de daños en bienes públicos y privados y bajo proclamas de “libertad” los vándalos protestaban contra aquellas medidas que les impiden seguir de fiesta en grupo más allá de las 11 de la noche. Terrible el individualismo con que se vendan los ojos. De abrir la puerta al tema de la pandemia lo haría redirigiéndolo, con volantazo incluido, hacia el exitoso trabajo desarrollado por los directores Arregi-Garañano-Goenaga, ya camino hacia Hollywood para recorrer la alfombra roja de los Oscar. “La trinchera infinita”, una historia de “confinamiento” con letras mayúsculas, al que se vieron obligados algunos “perdedores” de la guerra civil ante el riesgo de una segura y mortal represalia.
Tampoco quiero hablar de presupuestos ni de la necesidad de que todos vayamos de la mano ni del requisito social que, ahora más que nunca, nos exige a todas las formaciones políticas un acercamiento de posturas para llegar a acuerdos que permitan afrontar un momento de crisis. Si tuviera que abrir la puerta a este tema lo haría desde la perspectiva de futuro que supone una herramienta como son los presupuestos institucionales que se aplicarán el próximo año. ¿He dicho perspectiva de futuro? Sí, la tenemos. En este claroscuro no son todo sombras. Ayer nos daba a conocer el diputado general, Ramiro González, que Araba contará en el próximo curso, con toda la probabilidad, con dos nuevas facultades que formarán en materia de salud y nuevas tecnologías. Materia gris y joven para sumar a la que ya tiene nuestro territorio alavés. Buenas noticias que permiten entrever la finitud de la trinchera.