Se han cumplido tres años de la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy del gobierno y encumbró a un Pedro Sánchez que seis meses después se estrenaba en el mundo editorial con la publicación de su “Manual de Resistencia”. Queriendo o sin querer, marcaba impronta ante sus predecesores.

Más sin querer que queriendo, en estos poco más de 1.000 días que han trascurrido desde aquella fecha hasta hoy han sido muchas las cosas que han cambiado; no sólo en política, también en nuestras vidas, en nuestras costumbres. 

La mayor parte de los protagonistas de aquella moción de censura hoy están fuera del circuito político. 

En aquellos momentos Ciudadanos y Albert Rivera subían como la espuma en las encuestas y lideraban un cambio en la política.

En menor medida también lo hacía Podemos bajo el liderazgo, ya cuestionado, de un Pablo Iglesias.

El Partido Popular cambiaba de líder, después de afrontar su primer proceso interno de primarias, por cierto nada tranquilo en un partido de orden como el PP.

Todavía no conocíamos el fenómeno Vox que entraría con fuerza en el Congreso aquella jornada electoral coincidente con la celebración de San Prudencio en 2019.

En este tiempo llegó la pandemia, algo desconocido para inmensa mayoría de habitantes actuales del planeta, después de la famosa  “gripe española” del 1918.

Nuestro día a día se ha centrado en una suerte de cifras para tasar el número de contagios diarios y de PCRs realizadas, el índice reproductivo del virus, la incidencia acumulada por 100.000 habitantes, las variantes/cepas del virus y últimamente el porcentaje de vacunas inoculadas, de las milagrosas vacunas. Un sinvivir de noticias cambiantes, un día sí y otro también. Prueba y error ante una situación que nadie esperaba ni conocía ni estaba preparado para afrontar.

A veces pensamos que la vida avanza lentamente, sobre todo cuando eres joven, y  resulta aburrida por reiterativa, en muchos casos. No hay duda que a estos 1.000 días se les puede aplicar un buen número de calificativos, salvo el de aburridos.

En este periodo tan corto de tiempo la política se ha comido a los partidos emergentes; dejándolos, en algunos casos, prácticamente desaparecidos y, en otros, sometidos a una constante rebaja de sus expectativas electorales. Líderes como Rivera o Iglesias han abandonado la política, hemos conocido el fenómeno Ayuso y no sabemos qué depararán los nuevos actores del tablero político.

Llega el verano, las vacunas aumentan su progresión. Inyectada la abultada franja del baby boom, se empieza con aquella que va de los 40 a los 49 años en su primera dosis.

Los datos mejoran, más lentamente de lo que nos gustaría, y este verano seguirá siendo diferente aunque se relajan las medidas para normalizar nuestra vida. Nos olvidaremos de las fiestas patronales, de la bajada de Celedón, de la algarabía festiva para llegar al otoño con la denominada inmunidad de rebaño.

Mientras te propongo que sigas sumando paciencia + precaución.

Pronto volveremos a lo que fue habitual en nuestras vidas y que ahora tanto echamos en falta. Las situaciones cambian a velocidad de vértigo. Cuestión de perspectiva.